· 

El duelo de los padres

La muerte de un hijo, provoca un duelo prolongado, es una de las pérdidas con la que es más difícil vivir.  Es algo incomprensible para  la mente humana, por parecer que va en contra de la naturaleza, los padres esperan morir antes que sus hijos.

 

Algunos padres tienen que presenciar la enfermedad, el sufrimiento y la muerte de los hijos a quien vieron nacer.  Otros experimentan la muerte súbita de los hijos provocada por diversos factores entre estos están los accidentes.  En algunos accidentes fatales, se tiene un poco de tiempo que puede suavizar la conmoción en forma mínima antes de que ocurra la muerte.  Independientemente de las circunstancias de la muerte y de la edad, cuando mueren los hijos los sentimientos son devastadores. Y los padres tienen que seguir viviendo, recuperarse de la pérdida y continuar su vida.

 

El hombre y la mujer por su naturaleza viven de diferente manera el proceso de duelo.  Para ella es más fácil expresar el dolor, llorar y hablar acerca de su hijo, además de la influencia que tiene el patrón de comportamiento de cada persona para enfrentar las crisis ante un acontecimiento vital.  Socialmente se atiende y reconoce el dolor de  la mujer, creyendo que el hombre no sufre por la pérdida.  Hasta la esposa puede malinterpretar el comportamiento estoico de su marido.  Sin embargo, ambos  necesitan comprenderse, ser pacientes el uno con el otro y alentarse mutuamente a externar sus sentimientos.  

 

El papá es figura de protección, autoridad y proveedor.  Él enseña con su ejemplo lo que es el respeto y el amor, cuando  respeta la autoridad de mamá y le da un trato amoroso.  Con esto siembra la semilla más valiosa en sus hijos, para que la mujercita se sienta más mujer y merecedora de amor y respeto y el varón aprenda a ser responsable haciendo buen uso de sus cualidades masculinas de protección, respeto, educación y amor.  Papá no compite con mamá, sino que la complementa.

 

Cuando pierdes  un hijo está bien expresar y compartir todos sus sentimientos de dolor. Sabiendo que es adecuado todo aquello que hagan, o dejen de hacer,  siempre que tiendan a hacer algo de bien por otra persona. Tanto papá, como mamá a veces tendrán que reprimir el llanto, auto renunciar a su propio dolor para que otra persona quizá sus otros hijos o los abuelos sufran menos y así trascender al dolor.  El tiempo de recuperación variará de persona a persona, ya que todos somos únicos y nuestro dolor es diferente.  Si te has dado permiso de llorar, sentir tu tristeza, enojo y demás sentimientos, empezarás a aceptar la realidad de la muerte aproximadamente después de seis meses.  Si te quedas estancado, busca ayuda. 

 

Después de la muerte de un hijo, el 80%  de los matrimonios se separan después de dos años de que fallece un hijo.  O`Connor (2007), considera que muchos de estos divorcios se podrían evitar con ayuda profesional.

 

Referencia: O`Connor. N. (2007). Déjalos ir con amor. España: Trillas, S.A. de C.V. 

 

Escribir comentario

Comentarios: 0