Podemos sentirnos despojados de convicciones y con nuestro corazón atrapado en la incertidumbre. La actitud con la que enfrentamos al mundo y a nosotros mismos en esta situación, tendrá un efecto profundo en el desarrollo de los acontecimientos futuros, tanto a nivel individual como colectivo. De acuerdo con Kabat-Zinn (2005) el futuro dependerá de nuestra capacidad innata de ser conscientes, y decidir que hacer para aliviar la ansiedad, la insatisfacción y el evidente malestar de estos momentos. Podría decirse que ha llegado el momento de restablecer contacto con nuestros sentidos, de despertar a la plenitud de la belleza, de emprender el trabajo de curarnos a nosotros mismos, a nuestras sociedades y al planeta, aprovechando todo lo que merezca la pena y que ahora está floreciendo.
¿Cómo atendemos y protegemos todo lo que es bueno, hermoso y sano en el mundo y en nosotros mismo? Todo lo que hagamos es importante, no hay intenciones pequeñas ni esfuerzos insignificantes. El cambio requiere de la colaboración de todos y cada uno de nosotros.
Por ahora entender las fases y las emociones que estamos experimentando nos ayudará a poner la mejor actitud, aún bajo estas circunstancias, y desarrollar una mentalidad positiva que nos permita hacerle frente. Finalmente lograremos ser una mejor versión de nosotros mismos.
1. Todo comenzó con algo desconocido llamado coronavirus “virus en china”. Pocos esperaban que se propagará, pero sucedió.
2. Aún así, muchos creen que no les puede afectar. La NEGACIÓN es una fase habitual en casi todos los cambios no deseados. Permite asimilar de manera gradual la situación. Nos llenamos de excusas, como que China está muy lejos o que solo es una gripe más, y nos olvidamos de que el mundo está globalizado, incluso hasta para las enfermedades, o que estas pueden resultar tan contagiosas que pueden colapsar el propio sistema. Al darnos cuenta de que sí nos puede afectar, podemos desarrollar una variante de la negación llamada ira o rabia. Nos enfadamos con el sistema, con la falta de medidas que toman las autoridades, con los eventos deportivos, manifestaciones o reuniones que nos han expuesto al contagio. Hay que digerir estas emociones para aprovechar la oportunidad de aprendizaje que existe ante cualquier crisis.
3. Otra emoción que podemos experimentar es el MIEDO a lo desconocido, a qué nos pueda pasar. Es la emoción más fuerte y paralizante que existe. Debemos tener presente que hay un miedo sano que es un mecanismo de defensa que nos protege, nos hace tener prudencia y seguir las indicaciones sanitarias para protegernos quedándonos en casa. Pero también existe el miedo tóxico, es el más contagioso nos lleva a la histeria colectiva, a no dormir por las noches, a realizar compras compulsivas. También es importante identificarlo y gestionarlo para que aflore nuestra creatividad y tener la posibilidad de afrontar desde la mentalidad positiva el cambio, el sentido común y la fuerza.
4. Llegar a la ACEPTACIÓN es como atravesar un desierto, nos sentimos vulnerables y tristes. Se fue el miedo y la rabia, solo se experimenta tristeza y desazón. Estamos abatidos por las cifras de enfermos y fallecidos, conocemos personas afectadas o lo estamos nosotros mismos. Es un momento de aceptación pura de la realidad. No podemos escapar de esa tristeza. Tenemos que vivirla, la mayoría de las personas, tarde o temprano, conseguimos salir de la tristeza.
5. Una vez aceptada la realidad, tenemos que desarrollar NUEVOS HÁBITOS Y CONFIANZA. Normalizamos la realidad. Si estamos recluidos, encontramos los aspectos positivos. Nos ofrecemos a ayudar a otros desde la serenidad y no desde el miedo; nos podemos reír de la situación y, lo más importante, nos abrimos al aprendizaje. Cuanto más nos esforcemos en ver qué aspectos quiere enseñarnos esta crisis, más rápido podremos atravesar la curva del cambio.
6. Un hecho innegable es que todo pasa, y el coronavirus también pasará. FINALMENTE el coronavirus ha pasado y soy más fuerte.
El mundo está viviendo un duelo en el que se oscila entre las diferentes fases descritas. Un duelo no es lineal, es una especie de bucle en el que transitas entre una fase y otra hasta llegar a la resolución y transformación de la propia vida. Cuanta más conciencia pongamos, más sinceros seamos con nosotros mismos, más rápido podremos atravesarla y habremos aprendido como personas y como sociedad. Habrá valido la pena. El coronavirus será una crisis histórica, como otras. Vendrán nuevos problemas que implican retos, y eso significa que estamos vivos.
Fuente:
Kabat-Zinn, J. (2005). La práctica de la atención plena. Barcelona: Kairós
Jericó, P. (Marzo 2020). Guía para superar el impacto emocional del coronavirus. Laboratorio de felicidad. Recuperado de: https://elpais.com/elpais/2020/03/16/laboratorio_de_felicidad/1584365848_234280.html
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