Llevar a cabo rituales es básico porque permiten realizar acciones que te ponen en contacto
con ese vacío que dejó la pérdida, valorar su importancia , soportar el sufrimiento y la frustración hasta llegar
a el restablecimiento.
Los síntomas del declive de actitud por lo general inician al entrar a la década de los 30 años, y se aceleran gradualmente disminuyendo nuestra capacidad para disfrutar de la vida.